Hace tiempo que no hablo de él y se debe a tres razones: la primera, el exceso de compromisos y responsabilidades de las que siempre estoy diciendo que "tengo que quitarme" y no hay manera de conseguirlo; la segunda, que el Quillo evoluciona a su ritmo, o sea, poco, hemos llegado ya a un tope y de ahí no salimos (pero está muy rico, hay que reconocerlo); y la tercera, que la única gran noticia a dar tiene tintes dramáticos.
Ocurrió el último verano (como la mayoría de tragedias), tras una serie de alarmantes manifestaciones, se confirmó el diagnóstico: el mosquito de la Lesmania le había picado, provocándole la enfermedad. ¡El muy cabrón! (disculpen la grosería producto del dolor que toda madre experimenta al recibir semejante noticia). Me refiero al mosquito, claro está, el Quillo es de todo menos cabroncete. Al principio, me planteé ocultárselo, pero él, que aunque tontito, tiene su intuición, me leyó en la mirada que algo grave estaba ocurriendo, así que lo senté en mi falda ( es metafórico) y le hablé con sinceridad.

Para redondear las alegrías, ahora tiene un nuevo amigo con el que compartir juegos y paseos. Como suele decirse están... no a partir un piñón, pero sí a dividir un palito.
Seguiremos informando (si se puede)
La frase del día: La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos; así logramos sobrellevar el pasado.
Gabriel García Márquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario