Hoy no he podido más, me ha llamado represora y me he rebotado (lo sé, tendría que haberme dominado, pero no he podido), le he dicho:
-Pues si quiere hacer tu vida sin que nadie te reprima te buscas un curro y te vas de casa.
-¿Y qué curro voy a encontrar con el paro que hay? -ha protestado.
-Pues mira, puedes trabajar de perro policía o de busca drogas o de rescatador en catástrofes o, tanta conciencia social que tienes, haces un curso de perro guía y te colocas de asistente a personas con minusvalía. Lo que te de la gana, pero si me vuelves a llevar la contraria agarras la puerta y te largas.
Ya lo sé, me he pasado, no he podido evitarlo. Me he dado cuenta cuando me ha mirado con esa cara de víctima que tan bien le sale y me ha dicho:
-¿Serías capaz de abandonarme? -yo con el corazón a punto de romperse y añade-. Yo nunca lo haría.
Y ahí sí, me lo ha roto del todo. Creo que iremos los dos a la mani.
La frase del día: Las perdices odian a las parejas felices.
Anónima
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