Nelo está que se sale. No puede contener la euforia por el Óscar de Hollywood concedido a uno de su especie. Cuando lo vio con pajarita en televisión, me rogó que le comprara una. Ahora pone mucho más empeño en conseguir el efecto desmayo, pero me ha pedido que, en vez de imitar el estallido de una detonación, me limite a decirle: "al suelo!!" y sin demasiado énfasis para no lastimar su frágil sensibilidad y acrecentar su miedo a cualquier cosa que emita un ruido superior a los 40 decibelios. Debo reconocer que se esfuerza.
A parte de esto, lo tengo lastimado. Por lo visto se le ha dislocado un espolón trasero y dice la veterinaria que si le sigue molestando habrá que extirparlo. Esta circunstancia me ha provocado una serie de preguntas existenciales, a saber: ¿Hay algún otro perro en el mundo al que se le haya dislocado un espolón, sea trasero o delantero? ¿Alguien tiene idea de cómo se lo puede haber dislocado? ¿Entra Nelo en alguno de los límites de la normalidad o es excepcional en todo? En el momento de descubrir la lesión (no sé si coincidió con el momento en que se la hizo, ya que al ser el espolón, algo tuvo que tocarlo para sentir el disloque) los alaridos de dolor fueron descomunales. Abandonó su afición favorita, la pelota, se lanzó al suelo y, agitando las patas y lamiéndose el ya mencionado espolón, me regaló una escena de tragedia cinematográfica más conmovedora y angustiosa que la muerte de Bonnie & Clyde en la famosa película.
- Nelo -le dije, más tarde, cuando por fin se calmó-, déjate de imitar las monerías del perrito de The Artist, lo tuyo es el arte dramático.
Se quedó unos segundos pensativo, con la mirada fija en la estantería que contiene las mejores tragedias de Shakespeare. No sé que estaba tramando, pero me temo lo peor.
La frase del día: Quien no llora, no gasta en Kleenex
Sabiduría popular