domingo, 15 de noviembre de 2009

Gracias, Miquel Missé

Las fiestas hétero siguen provocándome alergia. Una alergia que se agraba cuando el día anterior he escuchado a Miquel Missé y su brillantísimo discurso sobre transexualidad, intersexualidad y transgénero (si queréis entender la cuestión, no dejéis de escucharle allí donde hable, por lo general, lugares nada mediáticos). Ahora esas fiestas son ya de cinquentonas y a ellas acuden también sus descendientes, aquellas criaturas que conocimos con barriguita de bebé y en las que confiábamos como portadoras del cambio en las estructuras sociales que inició nuestra generación. Las niñas se han convertido en auténticas femmes de talla 38 y melena espectacular que se mesan y airean regularmente. Los niños son ya hombrecitos de espaldas cuadradas y pantalones caídos que juegan a basquet y saben hablar de futbol. Los padres son calvos, las madres "se conservan", como los encurtidos gracias al presupuesto reservado a tratamientos y potingues. A ninguno de ellos y ellas se les pasa por la cabeza que el género sea una construcción social más que discutible. Como mucho, encajarían la homosexualidad de una de sus criaturas porque han visto en la tele que ya pueden casarse. La aceptarían porque son tolerantes, aunque, de entrada, les sorprendiera y se preguntaran qué fue lo que falló. Pero, me temo que no dudarían en mutilar lo que viniera si no pudieran asignarle un sexo al primer bebé de la nueva generación. Todos y todas son células perfectamente adaptadas para cumplir el programa social que algun@s, por fortuna, cuestionan y argumentan. El derecho a que una sexualidad fuera de la norma sea reconocida sin trabas y la identidad sexual elejida deje de ser considerada una patología psiquiátrica. Gràcies Miquel.

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