miércoles, 4 de enero de 2012

Pesadilla en Cal Cucut

Aunque el nombre provoque una mezcla de ternura y chirigota, Cal Cucut es estos días el área más terrorífica del pueblo. Dos vecinos de la zona (y cuando uso el masculino ya sabéis por qué lo hago) habían amenazado en varias ocasiones a propietari@s de perros que paseaban por allí. Uno de ellos, incluso colgó carteles de intimidación, algo así como "Se ruega lleven a cagar a sus perros a otro lado". En otra ocasión también colgó uno que advertía: "Se recuerda que está terminantemente prohibido robar piñas de esta propiedad privada" -y añadía algo referido a una más que posible denuncia si encontraba alguien haciéndolo. Es decir, a este vecino le molestan los perros, le molestan los negros, que son quienes recogen las piñas y hay épocas del año en que no comen de otra cosa; le molestan las personas que paseamos a nuestros perros aunque no dejemos una caquita suelta ni en medio del bosque, y al parecer, le molestan también los gatos que rondan su mansión. La solución que ha encontrado es bien sencilla, tomen nota todos aquellos (incluso aquellas) a quienes incordia la presencia de gatos y perros, de negros depredadores de piñas o, sin llegar a extremos, si os molesta la cara de la vecina que siempre sonríe ya llueva, nieve o haga sol... ¡qué desfachatez! "Esto se va a acabar" dijo uno de los sospechosos y roció con veneno la zona del Cal Cucut. No sabemos que tipo de veneno usó, pero está claro que sólo a través de un profesional (químico, farmacéutico) o de la clandestinidad ha podido conseguirlo, entre otras razones porque es potentísimo. El animal que lo ingiere inicia los síntomas apenas unos veinte minutos más tarde con convulsiones y espasmos tremendos durante la corta agonía. No les da tiempo ni de vomitar ni, mucho menos, de llegar a la veterinaria; y si lo consiguen, de nada les sirve ya el lavado de estómago. Han muerto ya tres perros (todos domésticos) y no se sabe la cantidad de gatos dado que la mayoría son vagabundos. Me pregunto qué siente al hacerlo. Me gustaría ponerme durante unos minutos (no más) en su piel para descubrir si, efectivamente, la perversión es adictiva, si el sadismo le pone. Me gustaría verle acostado en el sofá de su casa tras haber cumplido su tarea, después de haber entrado en su domicilio esquivando un par de gatos muertos, me gustaría ver su sonrisa de satisfacción sustituyendo la anterior mueca de asco frente a las cacas o la simple presencia de los potenciales cagones merodeando frente a su propiedad privada. El asesino de Cal Cucut ha conseguido su objetivo, debemos felicitarle. Si se presentara a un concurso de habilidades se llevaría, sin duda, el premio a la ofuscación, la villanía y la precisión. Premio también a la elección del productos por su eficacia. Y premio añadido por su alto grado de temeridad al poner en peligro no solo al colectivo de mascotas sino también y, especialmente, a cualquier criatura que pasee por la zona y se le ocurra llevarse algo del suelo a la boca. Nelo y yo solíamos pasar por allí, llegábamos por un camino de tierra hasta la explanada donde pastan tres caballos, los saludábamos y pa casita. Ahora ya no vamos. Nuestra enhorabuena, aguerrido vecino, así se resuelven los problemas, dejémonos de diálogos que eso es una ñoñería. Ya no quedará ninguna caquita olvidada en medio de la hojarasca del camino ni se humedecerán los bajos de sus pinos con una micción canina, ya no habrá más tertulias de gatos ni escarceos nocturnos. Ahora el asesino de Cal Cucut vivirá tranquilo y satisfecho celebrando su victoria. 

Sin más comentarios que la frase del día: (hoy dos por el precio de una):
El mal es la peor consecuencia de la más absurda elección, el miedo a amar.

El miedo lleva a la ira, la ira lleva al sufrimineto, el sufrimiento lleva al odio y éste a la maldad y a la locura.

3 comentarios:

viky frias dijo...

A algunos no les preocupa provocar la muerte si eso quiere decir que se salen con la suya. Tenemos tan largas muestras en la historia, que ya conocemos el caso. ¡Bestiecillas del mundo, uníos contra las verdaderas bestias!

ISA dijo...

Pues como dueña en estos momentos de 3 perritas cocker: Pepa, Lola y Teresa, te digo que yo no cejaría hasta encontrar al asesino/s de animales. Y lo pongo en masculino porque, aunque sea mujer no feminista, esas cosas sólo las hacen los tíos, me parece a mí.
A mi Pepa, hace como 2 años y algo, un pelotazo de algún niño salvaje de algún chalet cercano le rompió el tímpano de la oreja izquierda. No veas la que armé: sin acusar a nadie, porque no lo sabía y así lo dije, hablé uno por uno con todos los vecinos, yendo a sus casas, cuyos niños podían jugar a la pelota y que esta cayera en mi jardín (que caian muchas), y les dije que como volviera a pasar algo así (porque encima tenía entones a las mellizas de mi hijo pequeño que tenían meses y dormian en sus cochecitos en el jardín) que se "atuvieran a las consecuencias".
Cuando uno de los vecijos pijo-hijo-de-puta me preguntó, muy sobrado él, que qué "consecuencias", le contesté que ya las vería si algún hijo suyo tiraba una pelota en mi jardín.
La pelotita de marras no se de qué va, es pequeña, como una bola de golf pero dura como el acero, imagínate para romper el tímpano de un perro o de una persona, si a eso vamos.
Mi familia me tuvo que disuadir pero estaba a punto de mandar la pelota a que buscaran algún rastro de ADN, jajajaj, creo que he visto demasiados CSI.
En la actualidad:
1.- Mi Pepa (11 añitos la pobre) se ha quedado con una lesión permanente en el oido y tengo que ponerle un tubo de Panalog una vez al día hasta que se acabe. Descansar 15 días y otro tubo... Aparte de llevarla al veterinario una vez al mes para revisión.
2.- Sólo han caido 3 pelotas grandes en este tiempo y, como ya avisé, están requisadas y no se devuelven: son para las cockers.
3.- Debo de haberme convertido en el coco de la urbanización, con lo que me importa eso a mi.....

Anónimo dijo...

Lo siento mucho Franky, de veras que si...
es en estos momentos dónde siento vergüenza de ser humana.
Lamentablemente este tipo de personajes quedarán impunes a no ser que se modifique la legislación sobre el maltrato animal.
Al respecto os animo a participar en la acción de recogida de firmas que lleva ya en marcha unos meses y que acaba este 31 de enero en
http://www.noalmaltratoanimal.org/
porque la justicia sí es posible!
un abrazo,
Virignia