Que Nelo es un saldo ya lo sabemos desde el momento mismo en que fue recogido de un parque del extrarradio. El caso es que su situación se complica y me complica por momentos. Ahora resulta que es alérgico, es decir, más alérgico que de costumbre, y no sabemos si es a las pulgas (que siempre le han picado mal), al pienso (que ha cambiado a causa de la crisis) o a la primavera que llega, como de costumbre, muy exigente. Como medida preventiva, la veterinaria recomendó un pienso hipoalérgico y a tomar viento la crisis, hubo que pagarlo visa en mano y ciento volando. Eso sin contar el cargamento de medicinas y cremas que hay que administrarle. Y además lo ha puesto a dieta, se acabó el jamón y las latas matutinas, fuera proteínas.
En su favor hay que decir que lo lleva bien, come con la misma voracidad, se rasca poco y se deja untar las cremas. De hecho, se espatarra a placer cuando se las ponemos. Por lo demás, sigue su dinámica tranquila, deseando que llegue el buen tiempo para darse unos baños de mar que es lo que mejor le sienta a su delicada piel.
La frase del día: No aceptes la admiración de tu perro como prueba concluyente de que eres maravillosa
Ann Landers
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